Hoy llegaron 600 camiones repletos de productos agropecuarios de los campos dominicanos al mercado Nuevo de la avenida Duarte. Este mercado es la puerta de entrada del 70% de la producción nacional que llega a Santo Domingo. De allí se suplen los colmados y consumidores finales. Pero los hoteles, restaurantes, frituras y picalongas que aún no tienen permiso de operar no van a comprar.
Los productos abundan, los vendedores están ahí, pero hay pocas ventas. La demanda cayó y aún no logra tomar vuelo a pesar de que en la primera fase de desescalada de las restricciones impuestas por el Gobierno se les dio licencia para operar de lunes a sábados, y no lunes, martes y jueves como lo hacían antes.
El golpe fuerte lo reciben los productores cuyos frutos han bajado de precio. El presidente de la Unión de Vendedores del Mercado Nuevo (UVEMENU) pone el ejemplo de los huevos, que se vende a RD$ 2 la unidad en granja, precio con el que los granjeros pierden RD$ 1.5 por unidad.
Minaya teme que no haya disponibilidad de comida en el futuro si los productores dejan de sembrar viendo la pérdida que experimentan durante los meses de pandemia.
El flujo de visitantes que asiste al Mercado Nuevo no es suficiente como para que hayan aglomeraciones. Por los pasillos la gente circula sin obstaculizarse. Casi todos los vendedores y clientes usan mascarillas, gran parte de ellos se las baja o sube para hablar, y en reacción al calor.
El manejo de los víveres, verduras, frutos y demás artículos de consumo sigue siendo igual que antes en este centro de comercio. Se vive igual que siempre la arrabalización de un mercado que fue concebido para albergar a 830 mercaderes, y hoy tiene alrededor de 6,500.
La Alcaldía del Distrito Nacional tiene registrados solo a 1,260 vendedores, los demás son ambulantes.
El presidente de UVEMENU indicó que el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (PRO-CONSUMIDOR) impartió talleres sobre manejo de alimentos antes de que llegara al país el COVID-19.
La situación en el Mercado de Villa Consuelo es más triste. Muy escasos compradores se veían esta mañana, y los vendedoras permanecían sentados esperando clientes.