El actor y productor considera inaudito que solo tengamos artistas en el TN cuando lo presentan los empresarios y que no contemos con artistas de la casa.
Carlos Espinal, recién designado director general del Teatro Nacional Eduardo Brito por la Presidencia de la República, dijo a ¡Alegría! que está trabajando para que la gente vea a esa entidad como su casa, no como algo distante donde solo puede llegar la clase alta de nuestro país.
“Dante Cucurullo, quien tiene a su cargo la parte musical del teatro, y yo, estamos en la misma sintonía para que el pueblo llegue a esta institución sin distinción de clase, sin distinción económica. Simplemente que la gente se sienta orgullosa de nuestro Teatro Nacional y que no lo vea distante”, expresó Espinal.
El actor y productor, con más de 40 años de experiencia en las tablas, considera que el más prestigioso escenario dominicano debe ser un lugar en el que los jóvenes artistas aspiren a llegar. “Prepararse para ganarse un sitial aquí”.
Carlos indicó que desde su entrada a la Dirección General, ha decidido, junto a su equipo, hacer un levantamiento, no solo de la planta física, sino de toda la estructuración de lo que representa un teatro de una nación.
Precisó que en ese levantamiento han encontrado un organigrama donde lo único que se relaciona con el arte y la cultura es el título de Dirección General y Artística, pues en ninguna casilla, aunque algunas se refieren a los escenarios, existían los departamentos artísticos.
“Porque la prioridad de una casa de arte como es el Teatro Nacional es contar con instituciones artísticas de planta, porque un teatro debe cumplir con su cuota como casa gestora, productora y creadora de empleos para los artistas que son la razón por la cual existe este edificio”, agregó.
En ese orden, Espinal declaró que están implementando iniciativas como la creación de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional, que tiene mañana su segunda presentación (dirigida por el maestro Dante Cucurullo), y las entidades de actores, de danza, de cantantes líricos y otras que trabajen en las producciones de esta institución, desde un concierto hasta musicales, óperas y grandes obras.
“Un teatro debe aportar al pueblo su cuota de responsabilidad a nivel artístico y cultural. No puede ser solo una casa de alquiler de salas, aunque haya un capítulo para eso, pero la institución tiene que ser pro activa y producir, generar recursos como lo hacen los empresarios que presentan sus conciertos o espectáculos en estas salas”, precisó Espinal.
“Nos preguntamos, ¿hacia dónde van los artistas que se gradúan cuando terminan sus estudios en el país; cuál es el camino a seguir? Un médico o un ingeniero, cuando se gradúan saben dónde van a ejercer, tienen sus centros de operación.
Por ejemplo, en el caso de la danza, los bailarines que se gradúan de la academia, una carrera tan corta; ¿qué pasa con ellos después? ¿Dónde está la esperanza cuando ya no puedan estar en los distintos escenarios?
Carlos mencionó la danza, una disciplina artística que tuvo su papel protagónico durante décadas, por el maravilloso trabajo que hicieron en el pasado muchos artistas en distintas épocas.
“Ese protagonismo tiene que volver a surgir, necesitamos más danza en nuestros grandes escenarios, pero también más actuación de diferentes generaciones. Hay que darles la plataforma a los nuevos profesionales, hay que reconocer la labor de grandes teatristas que han dejado su huella y que quizás ahora mismo no están trabajando. Lo mismo sucede con los cantantes líricos de nuestro país.
Debemos contribuir para que estos artistas tengan una plataforma protagónica”, dijo Espinal a ¡Alegría!
El nuevo director general del Teatro Nacional considera que todo esto va a generar trabajos a nivel local, tanto para los artistas dominicanos como para los extranjeros que residen legalmente aquí y que trabajan en el arte escénico, a lo que se sumará la educación continuada a través de cursos, talleres y especializaciones.
“Estamos empeñados en que nuestro teatro recobre esa prestigiosa posición de la plaza mayor de la expresión escénica de la República Dominicana. Un escenario por donde han desfilado los artistas y los espectáculos más importantes del mundo en 47 años, desde el Bolschoi Ballet de Rusia, pasando por Alicia Alonso, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, entre otros.
“El equipo que dirige el teatro practica una filosofía de disciplina, de respuesta al arte y a los artistas, de visión y de responsabilidad ante lo que les toca frente a otras generaciones. Finalmente, Carlos destacó la relación emocional que tiene con ese monumento del arte, donde ha crecido como artista. “He conocido a todos sus directores que me antecedieron.
Tengo una atadura que hace esta responsabilidad más grande, porque tengo una memoria histórica de muchas etapas en estos escenarios”.
Espinal quiere dejar un legado para la historia del arte y la cultura. “Estoy aquí porque hay mucha gente que ha creído en mí. Agradezco al presidente Abinader y a la ministra de Cultura, Carmen Heredia, la confianza depositada”.
«Dirigir el Teatro Nacional no estaba en mis proyectos de vida. Nunca me lo imaginé. Sin embargo, tengo una relación emocional con este monumento del arte”
«El Teatro Nacional es un monumento del arte, un orgullo para nuestra nación, un teatro que se ha distinguido y reconocido en otros hemisferios. Es por eso que queremos generar esa vida que requiere un espacio escénico como este”